17 de agosto de 2011

El camino de un guerrero

Érase una vez un niño, que no tenía nada en su vida, no tenía padres, ni objetivos en su vida, solo a si mismo.

Vagaba por lejanas tierras durante toda su vida. Y todo por culpa  unos guerreros que asaltaron su pueblo, y saquearon todo y se llevaron todo, para quedarse el solo escondido y agazapado bajo una trampilla debajo de su casa.

Paso vagando durante todo ese tiempo solo jamás había tenido a nadie hasta que después de casi 5 años caminando con el calor del sol y refugiándose de la fría noche, encontró una fortaleza en lo alto de una montaña.

¿Qué tendría que hacer?, podría seguir su camino y seguir caminando o por una vez ir a esa fortaleza.
Decidió subir, a ver que era eso que le llamaba tanto, quería averiguar que era aquella voz que le decía que subiera a investigar que era lo que habría dentro de esa fortaleza.

Tras llegar arriba, se percató de que no había nada, como en su vida.
Aunque lo lógico era marcharse el siguió su voz y se adentró más en la fortaleza. Solo podía observar espadas y armas de ligero peso, no había nada más, ni personas ni animales, nada.

Cuando llego al final de la fortaleza, se dio cuenta que su voz era un estupidez no tendría que haberle hecho caso alguno. Cuál fue su sorpresa que al girar su cuerpo tenía una katana apuntándole directamente a su cuello, y no solo uno cientos de hombres con atuendos negros mirándole y con sus respectivas espadas desenvainadas.

¿Cómo?, se preguntaba nuestro chico, ¿cómo había estado tan sordo de no escuchar a estas personas detrás de él?

Tras descubrir el porque, se arrodilló y pidió que le enseñaran sus artes.
El porque era sencillo no tenía sentimientos les daba igual quién entrase en su propia fortaleza no preguntarían al que entrase le rebanarían el cuello como su fuera una rodaja de melón.

Pero se dieron cuenta que el era uno de los suyos y por esa misma razón no lo mataron y le enseñaron todo lo que había que saber acerca de ser un gran guerrero y nuestro chico creció con la única idea de ser el mejor espadachín del mundo.
Durante los siguientes años se enfrentó a muchos clanes que poseía casi la misma habilidad que el con la espada, pero sabía que tarde o temprano se enfrentaría al clan que posee el título que tanto ansiaba.

Así que un día su maestro le mando a matar el clan más poderoso, el aceptó sin dudarlo, era otra misión otra misma historia. Y así fue uno por uno se escondió dejando como rastro de su propia existencia un leve susurro en la noche y lo siguiente un leve sonido de la sangre esparcida por el suelo, pero ni un solo grito, nunca, siempre era lo mismo.
Y con ello llegó a donde se encontraba el líder de clan, y con ello apreció una leve sonrisa en su rostro, era el mismo guerrero que había acabado con todo y el que poseía el titulo de mejor espadachín. La lucha entre ellos fue breve sus katanas hablaban con cada golpe con cada corte que le propinaba el uno al otro, hasta que un llanto hizo que se quedara en el sitio y nuestro protagonista no dudó y le propino un corte de arriba hasta abajo de su cuerpo cayendo tendido en la moqueta muerto y desangrado.
Ahora poseía el título, pero no le llenaba, seguía estando vacío.

*un llanto*

Tendría que acabar también con la posible amenaza para el futuro se dijo.
Pero al ver a la niña en su cuna y llorando, este guerrero sin sentimientos, este mejor espadachín, comprendió que eso era lo que buscaba.

Tras llevarse a la niña consigo su clan lo persiguió por no haber cumplido la misión de derrotar a todo el clan.

Algunos dicen que nuestro protagonista fue asesinado por su propio clan.
Yo (que para eso soy el escritor) te digo que se enfrentó a su clan y a su propio maestro y los derrotó a todos ( ya que era el mejor espadachín) y con ello se fue con la niña durante los años siguientes para siempre.

                                                                     *Fin*

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