24 de julio de 2016

La lluvia

Después de la gran guerra donde Asia y Europa se unió para derrotar a América y Oceanía, no quedaba más que muerte y miseria. Todo cuanto el hombre había deseado, ya lo tenía. Guerra. Muerte .Y pobreza para todas aquella personas que se quedaban al margen de la guerra.

Atrás quedaron las bombas atómicas, todas ellas quedaron inutilizadas por cada bando. "Amenía" usaron misiles detectores de radiación, capaces de destruir las cabezas nucleares antes de su destino y con el menor coste de daño.
Por el contrario, "Eurasia" protegieron las ciudades principales con barreras, cuya fuerza protectora estaba a salvo de cualquier ataque.

La guerra nunca cambia, desde que se tiene uso de conciencia la raza humana ha luchado contra si misma durante milenios.Han habido guerras por religión, por territorio por el petróleo.Pero nada comparado cuando el agua potable empezó a escasear.

Después de años malgastando y contaminando el agua con radiación y con la basura que se generaba, los pozos, manantiales todas las reservas, ahora estaban malditas.Las nubes se fueron para no volver, el proceso natural de las cosas, se rompió.

Los métodos para ganar la guerra del agua, daban igual, aviones, armamentística avanzada, tanques invisibles. Todo para nada. Nunca se sabe quién ganará. Lo que si se sabe es que estamos en guerra, y seguiremos en guerra.

Como último recurso, comenzaron los sacrificios militares. Militares con bajo rango, muertos en vida pues habían sido entrenados para morir, en campos en malas condiciones, de barro seco y sin un ápice de vida en sus ojos. Ya no existía en los ojos de nadie.
Se intentó crear a la élite,hormonando a cada uno de cada ejército pero la sangre que fluía por ellos les llegaba demasiado deprisa a la cabeza y explotaban.
Se intentó hacerlos inmunes a la radiación, todo salió mal, desde el principio esta idea era absurda.
Llegaron los asiáticos con sus exoesqueletos de metal, pero aún estaban en la primera fase como para poder usarlos en combates abiertos, nada servía. Naciones unidas, investigadores de guerra. Ya no había otra cosa, la ciencia se convirtió en la investigación para matar.

¿Cómo motivas a las personas, cuando lo único que te queda es nada? Con la promesa de que la guerra terminaría que esa nueva generación de militares. Con la promesa de volver a beber agua otra vez, agua natural y no artificial.

Ellos, la crearon. Dieron por muerto al experimento E13140C.
Crearon una fórmula para la sangre. Querían a soldados más rápidos, menos fuertes y más inteligentes. Por las venas de cada uno de ellos corría fuego, eran más veloces pero la combustión de sus cuerpos solo duraban 1 min. Tan solo un minuto de tiempo para despedirse de un mundo en ruinas.

El último experimento, lo dieron por muerto. No se quemó, tan solo su corazón no aguantó.Pero no era cierto. Su corazón latía a un ritmo tan rápido que parecía que no hubiese latido, a oídos de los investigadores y de sus máquinas anticuadas.

Para ella, todo a su alrededor estaba en silencio y muerto, no se escuchaba nada. Todo era vacío, todo era tranquilo, ya no escuchaba a todos aquellos soldados probando su puntería en las trincheras. Pero estaba viva, el reloj marcaba las 0:22 de la noche. No informó de nada a nadie, solo quería escapar, salir de allí. Sus pies quemaban, pero no tanto como el corazón que literalmente ardía tanto que su pecho se encontraba rodeada de manchas rojas.
Al salir del cuartel, su general la descubrió pero estaba de píe con la mirada fija en los papeles del alto comando. Al tocarlo, el cuerpo del general comenzó ha emitir una serie de burbujas en su piel, hasta que estalló dejando una marca de quemado en el suelo.
No lloró por el, no se asustó solo sabía que no tendría que tocar. Se había convertido en una reina de midas de la muerte.

Las 0:22. El reloj marcaba la misma hora una y otra vez, no corría el tiempo para ella, no servía de nada, lo que hiciese, dormir, comer, eso daba igual. No escuchaba nunca nada, Tan solo notaba en su piel como ardía cada vez mas y mas.

Se consumía por dentro y ella lo sabía. Para ella habían pasado semanas, pero ni el día cambiaba ni la hora pasaba de las 0:22. Había recorrido un largo camino, hasta llegar a ver cumplido su sueño, poder ver el mar. Aunque ya no era el mismo de las fotos que la habían enseñado en la escuela militar. Este ahora mismo, en ese instante era puro. Su cuerpo no aguantaría más que unos minutos. Que ironía.

El cuerpo, cayó en la arena y el mar la arrastró. Su cuerpo inerte, fue consumido por el mar.

0:23

Un estruendo resonó ese día en todo el globo, nadie supo el por que, pero ese día volvió a llover en la Tierra.