15 de noviembre de 2015

A ti París

La ciudad caída, por el temor a una próxima guerra, que se avecina. Que los ruidos sordos de aquellos que gritan y no son de la ciudad donde todo el mundo ahora llora, que escuchen y recordad que a tus espaldas una ciudad tras otra, lleva llorando, desde que todo comenzó. Ahora escucha, y escucha en la lejanía todos aquellos charcos de lágrimas y otros charcos con el fondo de tu amada bandera.

Desde esa torre tan característica, mira al horizonte más allá de tus fronteras y observa, observa bien y no mires por unos segundos, por unas horas, mira detenidamente, aquellos rostros en polvo, arrugas pero no de vejez, arrugas de miedo y con el ceño fruncido de que tal vez hoy sea su día de su muerte, o tal vez escape un día más.

Mientras tengas el miedo en el cuerpo, que el azul sea el color con el que se tiña el cielo y no aparezca signo alguno de humo, humo negro y de ceniza.

Mientras colocas ramos para todos, que el color blanco sea ese color. limpio y puro y el símbolo de un mundo donde no haya manchas rojas, o un mundo donde se pueda vivir sin tanto miedo

Mientras aún lloras, que el rojo sea solo el color de una bandera, de una unión y no del color de los charcos en tus calles, o el chaleco de alguno de tus ciudadanos o incluso otros que no sean tuyos.

Y espero volver a escuchar "Siempre nos quedará París"
y que con ello, siempre nos quede el mundo entero, para poder visitar

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