10 de septiembre de 2015

Lluvias sin nubes en la noche, que arrasan y se llevan todo cuanto hay por delante. Lluvias que empañan mi rostro y el tuyo. No hay paraguas , ni lugar donde refugiarse, el viento es lo único que se escucha. Sin embargo, después de la tempestad viene la calma y no al revés.

Nunca vi , que el refugio que necesitaba, eras tu.

Al parecer, el fuego y las estrellas siempre me acompañaran y más cuando se convierte en la noche más especial de mi vida. Te escribo esto a ti, sin versos, sin pensar más allá que de unas palabras simples.
Simples palabras, que lo único que quieren es que cojan fuerza, con cada día y noche que pasen a tu lado. Que el "siempre" sea creíble y el "todo puede pasar" sea solo para mirar el futuro y pensar en las aventuras que podamos disfrutar.

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